Para culminar mi año (2022) e iniciar el 2023 con otras energías, tomé la decisión de hacer un curso/retiro de meditación en silencio y desconexión tecnológica (y de todo tipo), con el objetivo de buscar nuevas herramientas que acompañen mi decisión de transitar la vida de una forma más simple. Pero esta vez no necesité viajar hasta Tailandia o a India. Simplemente me subí al auto (también se puede llegar en transporte público), y fui hasta al Centro de Meditación Vipassana Dhamma Sukhada en la localidad de Brandsen, Provincia de Buenos Aires.
A veces pensamos que para vivir ciertas experiencias debemos viajar miles de kilómetros hasta el otro lado del mundo, o pagar una fortuna para hacer un retiro espiritual. Lo cierto que lo podemos encontrarlo a la vuelta de la esquina (y -casi-gratis).
¿Cómo llegué a buscar este tipo de Meditación?
Por casualidad. O mejor dicho, por causalidad. Lo cierto es que este tipo de meditación apareció dos veces en mi vida. La primera vez que me la mencionaron fue volviendo de Tandil en micro, en mi primer viaje sola en el 2010. Estaba mirando embobada por la ventana un doble arco iris que se había hecho en la ruta luego de la tormenta, y un señor -que estaba unos asientos detrás de mí- me dio charla. Él venía mirando lo mismo que yo(mientras que el resto del micro dormía).
No recuerdo de qué hablamos, pero sí que en algún momento de ese encuentro me di una hoja impresa, de color amarillento y una tinta casi gris, de esas de impresora vieja. En ella estaba la información de la meditación Vipassana. Me la dio para que yo vea dónde se daban los cursos y pudiera buscar más información al llegar a casa.
La verdad no recuerdo mucho más, tampoco si en ese entonces me interesó. Pero en algún lugar de mi memoria eso quedó registrado, y en el 2018 tuve mi segundo contacto con la meditación Vippasana. Esta vez a través de Jojo, un francés que conocí en Escocia. Él había ido al centro Dhamma Medini en Nueva Zelanda a tomar su retiro de 10 días, pero esa es otra historia. Anicca.
En 2021 tuve un primer intento de inscribirme a los cursos para pasar año nuevo allí, pero no quedé dentro de las vacantes que otorgaron. Así que en 2022 lo volví a intentar, luego de una crisis personal fuerte en la que sentí que realmente necesitaba nuevas herramientas, porque las que tenía ya no me estaban sirviendo.
La experiencia
Dhamma Sukhadā es el primer centro de Meditación Vipassana en Argentina, y está ubicado en las afueras de la localidad de Brandsen, a 70km de Capital Federal, en la provincia de Buenos Aires. Allí se pueden tomar cursos gratis de este tipo de meditación. Sí, gratis, porque no aceptan donaciones hasta que no tomes (y finalices) un primer curso de 10 días. Y de hecho tu donación lo que permite es que otro estudiantes (como vos) pueda tomar gratis el curso, tener una cama cómoda, agua caliente, comida y todo lo que necesite durante su estadía en el centro.
Para poder hacer el curso/retiro de meditación para principiantes que es de 10 días, tuve que anotarme previamente en un sitio web. Es el segundo año que me registro, pero la primera vez no conseguí vacante. ¡El 2023 es mío!
Me inscribí aproximadamente dos meses antes el día que abría las inscripciones a las 5am (si, las vacantes vuelan, así que estar atento al horario de apertura a inscripciones que publican en el sitio web es importante). Con un mes de anticipación me confirmaron que tenía una vacante. Eso sí, unos 20 días antes tuve que confirmar asistencia para efectivamente poder asistir.
Legué al lugar en vehículo propio. Pero como iba sola, decidí registrarme en un apartado web que tiene el centro para pedir transporte u ofrecerlo. Gracias a eso compartí mi viaje con tres personas más que llegaban desde distintos lugares para hacer el retiro: Brian de San Francisco (EEUU), Francis de Resistencia, Chaco, y Ludy, una venezolana que vive en pleno microcentro de Buenos Aires hace más de 6 años.
Todos ellos eran practicantes de meditación, pero Francis y Ludy no lo eran específicamente de esta técnica. Yo también practicaba otras técnicas de meditación (sin demasiada regularidad, lo confieso). Pero nunca había meditado con tanta profundidad, ni extendido en el tiempo.
Al llegar (a las 15 horas del día cero) nos registramos. Mujeres por un lado y hombres por otro. El centro estaba dividido: espacios por separado para hombres y mujeres en comedor, habitaciones, jardín, y también en el salón de meditación. Estas y otras reglas del centro son parte de la tradición budista (como el no lastimar a otro ser vivo, cubrirse hombros, torso y rodillas en los templos o centros de meditación). Si te interesa, acá podes leer más sobre las reglas del centro de Meditación.
La habitación estaba en un espacio compartido, pero eran individuales, los baños y comedor eran compartidos. La comida era vegeteriana, se servía dos veces al día: desayuno 6:30 am y almuerzo 11 am. Para los principiantes había una merienda a las 17 horas, que consistía en una infusión y una fruta y media. Para los estudiantes antiguos a la hora de la merienda sólo había un té de jengibre y una limonada. La intención era acompañar el proceso de meditación con las menores distracciones posibles y con una alimentación liviana y nutritiva que no dispersara las energías.
Hablando de distracciones, al registrarse se dejan los objetos de valor (en mi caso fueron el celular y las llaves del auto). Pero más allá del valor, la idea es no tener distractores. Por eso no están permitidos el celular, computadora, tampoco la lectura, escritura y cualquier tipo de comunicación, tanto con el exterior como con quienes compartís el curso. Y cuando digo comunicación me refiero a todo todo de comunicación. No sólo hablar, sino gestos, señas, miradas, etc.
Los 10 días del retiro/curso de Meditación Vipassana transcurrieron con un cronograma que tenía un primer llamado a meditar a las 4:30 am y en el que terminábamos con la última meditación a las 20:30. Las luces se apagaban a las 21:30 hs. Los momentos para meditar por día eran nueve, algunos eran obligatorios en el salón de meditación, otros podías realizarlos en tu cuarto. Tenías momentos libres, en los que podrías caminar por la naturaleza o descansar. Además había horarios para utilizar las duchas, que eran muchos sinceramente (sólo te pedían que no lo hagas en los momentos de meditación).
Como el retiro en el que me registré fue entre el 28/12 y el 8/1, el año nuevo lo pase en el curso, en un campo hermoso, en un pueblito de nuestra provincia, a una hora de Capital Federal, en el medio de la naturaleza. Aprendiendo una nueva técnica para afrontar la vida desde un lugar más amoroso y consciente. No hubo brindis ni festejos, y tanto la noche vieja como el año nuevo fueron parte del ciclo, pero sinceramente no me arrepiento de haber elegido vivirlo de esa manera. Es una experiencia distinta, que mueve muchas sensaciones y emociones, pero vale la pena vivirla, transitarla, experimentarla, para después decidir si es la herramienta que estabas buscando en este momento de vida.
Para mi llegó en el momento justo, y estaré eternamente agradecida de que a tan pocos kilómetros de mi casa, y en un entorno tan acogedor, puede realizar de forma gratuita este retiro espiritual. Con cama, baño con agua caliente y comida incluida. Y un sinfín de enseñanzas que irán decantando con los meses (y con la práctica) en lo que me resta de mi vida.
Fotos compartidas por el centro Dhamma Sukhadā dentro del grupo de WhatsApp de difusión para estudiantes antiguos:
Sobre la meditación Vipassana
Vipassana es una de las técnicas más antiguas de meditación de la India, pero estuvo perdida durante siglos. Fue redescubierta por Buda hace más de 2.500 años, pero es Goenkaji quién viajó desde Myanmar (actual Birmania) a la India para enseñar Vipassana. Y es desde Myanmar desde donde se difunde hacia todo el mundo. Goenkaji dedicó su vida a difundir el Dhamma. Murió en 2013. Actualmente hay más de 150 centros de meditación en el mundo.
Vipassana significa ver las cosas tal y como son en realidad. Es un proceso de auto-purificación mediante la auto-observación.
Se comienza observando la respiración natural para concentrar la mente y luego, con la conciencia agudizada, se procede a observar la naturaleza cambiante del cuerpo y de la mente y se experimentan las verdades universales de la impermanencia, el sufrimiento y la ausencia de ego.
Este es el proceso de purificación: el conocimiento de la verdad a través de la experiencia directa. Todo el camino (Dhamma) es un remedio universal para problemas universales y no tiene nada que ver con ninguna religión organizada ni con una secta. Por esta razón, todo el mundo puede practicarla libremente en cualquier momento y lugar, sin que se produzcan conflictos por motivos de raza, comunidad o religión a la que se pertenezca; es igualmente beneficiosa para todos y cada uno de los que la practican.
Aunque la técnica de Vipassana fue desarrollada por el Buda, su práctica no queda limitada a los budistas. La técnica funciona sobre la sencilla base de que todos los seres humanos compartimos los mismos problemas esenciales y que una técnica que pueda erradicar esos problemas tendrá una aplicación universal. Los beneficios producidos por la meditación Vipassana fueron experimentados por personas con diversas creencias religiosas, sin que hayan tenido ningún conflicto con la fe que profesan.
¿Cómo se aprende?
La técnica de Meditación Vipassana según Goenka es enseñada en cursos de retiro de diez días, durante los cuales los participantes aprenden los fundamentos del método y practican suficientemente como para experimentar sus beneficiosos resultados.
Los cursos para principiantes son de 10 días y son con inscripción previa y aceptación por cupos (de acuerdo a las capacidades del centro), se abren en determinadas fechas durante todo el año. Para inscribirte debés aceptar un estricto (pero nada imposible) código de disciplina, en el que aceptás ciertas reglas: una alimentación vegetariana brindada en el centro que recibirás dos veces al día (no podes llevar comida propia), dejar aparatos electrónicos apagados y cualquier tipo de distractor antes e comenzar el curso: no podes tener celular, computadora, libro, cuaderno de escritura, mate, hacer deporte (sólo podes caminar en los momentos libres). Aceptás no estar en comunicación con el afuera (sí dejás un numero de contacto para emergencias, y podes dejar un número de teléfono a tus afectos para que te avisen ante cualquier emergencia). Aceptar estar en silencio durante esos 10 días (silencio no es sólo hablar, sino también evitar comunicaciones de cualquier tipo con los otros asistentes al curso, sea con señas, gestos, miradas, etc). Sólo podes hablar con el coordinar de tu grupo ante alguna necesidad respecto a tu estancia, y con los profesores que están acompañando el curso/retiro en los horarios pautaos para realizar preguntas específicas de tu proceso de meditación.
Horarios durante el retiro
El horario establecido es para mantener la continuidad de la práctica. Se aconseja a los estudiantes ajustarse a él tan estrictamente como sea posible para obtener los mejores resultados.
4 am Llamada
4:30 a 6:30 am Meditación en la Sala o en la habitación
6:30 a 8 am Desayuno y descanso
8 a 9 am Meditación en grupo en la Sala
9 a 11 am Meditación en la Sala o en la habitación según las instrucciones del profesor
11 a 12 am Comida
12 a 1 pm Descanso y entrevista con el profesor
1 pm a 2:30 pm Meditación en la Sala o en la habitación
2:30 a 3:30 pm Meditación en grupo en la Sala
3:30 a 5 pm Meditación en la Sala o en la habitación según las instrucciones del profesor
5 a 6 pm Merienda y descanso
6 a 7 pm Meditación en grupo en la Sala
7 a 8:15 pm Charla del Maestro en la Sala
8:15 a 9 pm Meditación en grupo en la Sala
9 a 9:30 pm Preguntas en la Sala
9:30 pm Acostarse. Se apagan las luces
Costo
No se cobra por estos cursos, ni siquiera para cubrir los gastos de comida y alojamiento. Se financian a través de donaciones sólo de parte de aquellos alumnos que han finalizado el curso de 10 días, y que así lo deseen).
Cada estudiante que participa en un curso de Vipassana recibe este regalo de parte de otro estudiante que ha completado un curso. No se cobra por las enseñanzas, por el alojamiento ni por la comida. Todos los cursos de Vipassana en el mundo entero se llevan a cabo estrictamente en base a donaciones voluntarias. Al final del curso, si la experiencia ha sido beneficiosa para ti, puedes hacer una donación para el siguiente curso, de acuerdo con tu evolución y tus posibilidades.
Se puede colaborar en efectivo o por transferencia bancaria. O/y de muchas otras formas: ser servidor en otros cursos, participar de las jornadas de mantenimiento de los centros, donar material que sea útil para el lugar, etc.
Los cursos se brindan en los Centros de Meditación Vipassana alrededor del mundo: podes consultar los centros desde acá.
Más información
Más información sobre la técnica: viriya.dhamma.org
Consultá el cronograma para la inscripción a los cursos/retiros: dhamma.org
¿Dónde está ubicado?
En Coronel Brandsen, Provincia de Buenos Aires. A un poquito más de una hora de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
IMPORTANTE:
No es un centro turístico, por tanto no se puede visitar. Sólo pueden asistir nuevos estudiantes y estudiantes antiguos con previa inscripción y aceptación de parte del Centro.