Anoche entre mates, risas y charlas infinitas llegó este recuerdo a la memoria de mi amiga Anabel mientras hablábamos de «Pueblitos»:
Soy de Juárez
voy pa Tandil,
denme un bife con perejil.
Junto los puchos
voy pa Ayacucho.
En San Cayetano tengo un hermano,
en Lobería tengo una tía.
Voy por la vía
porque soy de Bahía.José Antonio Vulcano
En su cara se dibujaba una sonrisa y sus ojos se llenaban de lágrimas, de esas lágrimas que te hacen brillar los ojos cuando la felicidad se te escapa del cuerpo. Porque mientras me repetía una y otra vez un dicho que estaba guardado en algún lugar de su memoria (y que ni ella misma sabía que tenía) la que escuchaba no era su propia voz, sino la de Poroto, su abuelo.
Cuando Anabel repetía ese dicho que tantas veces le había recitado su «abubu poroto» – a ella y a su hermana cuando eran chichitas- traía al presente parte de su historia.
Anabel y Daniela con su abubu poroto.
Y a mi se me estrujaba el corazón y también se me llenaban los ojos de lágrimas. En ese instante confirmé que las rutas y sacar fotos, ambas, eran excusas.
Lo que me hace amar Pueblitos, la verdadera escencia (que se refleja cuando llego a un pueblo y veo los zaguanes, las calles de tierra, escucho la chicharra en verano mientras todos duermen la siesta o veo andar a las gallinas sueltas) es que traigo al presente mi propia historia.
Eso es hoy Pueblitos: su historia, nuestra historia. Sus raíces, mis raíces, nuestras raíces ♥
Qué verdadera belleza hay en esas palabras. Muchas gracias!
Gracias Andrea por tus cálidas palabras! ♥ Abrazo,